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domingo, 21 de septiembre de 2014

La caída de árboles y la improvisación

http://www.granadahoy.com/article/granada/1860381/arboles/con/mala/sombra.html


El inconveniente de un crecimiento tan notable es que, en ocasiones, puede originar problemas, como rotura del acerado a causa de las raíces o ramas que crecen hasta topar con fachadas. Hace años se optaba por la solución más radical, podas muy severas que, además, obligan a los técnicos a cortar las ramas con periodicidad. "Si un árbol se podó hace 30 años, hay que seguir podándolo, ya que el brote de la nueva rama sale en la superficie del árbol", explica Tito. Esto hace que ese brote nuevo, tierno, dé lugar a una rama que no está 'anclada' en el tronco, lo que causa que sea más flexible, endeble y, por tanto, susceptible de fracturarse. Es algo que, en Granada, ocurre en el Paseo del Salón. "Lo ideal es no podar", pero una vez realizada esa operación, "la única solución es dejar las ramas que tienen mejor aspecto con la esperanza de que se anclen en el futuro".

El profesor de la UGR y subdirector del Jardín Botánico, Manuel Casares, añade que el proceso de poda supone para el árbol un trauma que le obliga a reaccionar. "El árbol entiende que tiene que defenderse, y por eso crea multitud de ramitas que surgen muy cerca de la superficie". Las podas suponen una herencia complicada de gestionar para los actuales responsables del arbolado de la ciudad.


Arboles de San Pedro

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