http://www.granadahoy.com/article/granada/1860381/arboles/con/mala/sombra.html
El inconveniente de un crecimiento tan notable es que, en ocasiones,
puede originar problemas, como rotura del acerado a causa de las raíces o
ramas que crecen hasta topar con fachadas. Hace años se optaba por la
solución más radical, podas muy severas que, además, obligan a los
técnicos a cortar las ramas con periodicidad. "Si un árbol se podó hace
30 años, hay que seguir podándolo, ya que el brote de la nueva rama sale
en la superficie del árbol", explica Tito. Esto hace que ese brote
nuevo, tierno, dé lugar a una rama que no está 'anclada' en el tronco,
lo que causa que sea más flexible, endeble y, por tanto, susceptible de
fracturarse. Es algo que, en Granada, ocurre en el Paseo del Salón. "Lo
ideal es no podar", pero una vez realizada esa operación, "la única
solución es dejar las ramas que tienen mejor aspecto con la esperanza de
que se anclen en el futuro".
El profesor de la UGR y subdirector del Jardín Botánico, Manuel
Casares, añade que el proceso de poda supone para el árbol un trauma que
le obliga a reaccionar. "El árbol entiende que tiene que defenderse, y
por eso crea multitud de ramitas que surgen muy cerca de la superficie".
Las podas suponen una herencia complicada de gestionar para los
actuales responsables del arbolado de la ciudad.
Arboles de San Pedro
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