Reflexión sobre el año 2014 y el vandalismo a los árboles urbanos. Nunca más.
Este año 2014 fue para los árboles urbanos en Venezuela un año terrible. Por razones que no vamos a mencionar ni a calificar (en este blog no tocamos temas distintos a los árboles urbanos) fueron vandalizados (talados, tumbados, quemados) en protestas en varias ciudades del país un numero estimado por el Gobierno Nacional de CINCO MIL (5000) árboles en distintas ciudades. Otras voces señalan que la cifra no pasa de MIL (1000). Las dos cifras son terribles.
Esas acciones realmente debo reconocer que me dejaron muda de indignación. No me atreví a escribir en el blog. La rabia era tal, que me dejó sin palabras. Bueno, por lo menos sin palabras que no estuvieran llenas de rencor. Y este blog no es para el rencor.
Y cuando no hay palabras, hay que buscarlas en personas sabias que escriben lo que una quiere decir. Y que bien lo hacen los poetas. Me permito transcribir un fragmento del poema Árboles hombres de Juan Ramón Jiménez.
Cuando yo ya me salía
vi a los árboles mirarme,
se daban cuenta de todo,
y me apenaba dejarles.
vi a los árboles mirarme,
se daban cuenta de todo,
y me apenaba dejarles.
Y yo los oía hablar,
entre el nublado de nácares,
con blando rumor, de mí.
Y ¿cómo desengañarles?
entre el nublado de nácares,
con blando rumor, de mí.
Y ¿cómo desengañarles?
¿Cómo decirles que no,
que yo era sólo el pasante,
que no me hablaran a mí?
No quería traicionarles.
que yo era sólo el pasante,
que no me hablaran a mí?
No quería traicionarles.
Y ya muy tarde, muy tarde,
oí hablarme a los árboles.
oí hablarme a los árboles.
Y hoy terminando este año duro, me preguntó que dirán los árboles de los hombres y mujeres que los talaron y quemaron. ¿no les dará verguenza a estas "personas"?
El tiempo ha pasado y solo muy timidamente algunos de estos árboles han sido repuesto. Los gobiernos municipales están en mora. Pero del daño moral nada se ha hecho. Nadie ha pedido disculpas, por lo menos por esos daños. Es como si nada hubiera pasado.
No dejemos que estas acciones se repitan. Los árboles no
tienen carnet político, no votan. Solo están allí en silencio, dándonos
oxigeno, sombra. Siendo el hogar de aves, insectos. Vamos a protegerlos, vamos
a sembrar para recuperar lo perdido. Y principalmente vamos a luchar porque en
nuestro país, se defina una política del arbolado urbano, donde un elemento
fundamental debería ser la divulgación de la importancia de nuestros árboles urbanos.
Arboles de San Pedro
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